jueves, 18 de julio de 2013

Entrevista a Beatriz Garrote, presidenta de la Asociación Víctimas del Metro 3 de julio de Valencia

“Los ciudadanos confiaron en el transporte público, pero nadie responde por los 43 muertos”
 
Sin responsabilidades políticas ni penales. Así se liquidó el accidente de suburbano más grave de la historia de España, ocurrido un fatal 3 de julio de 2006, al volcar en una curva el vehículo de la línea 1 de MetroValencia que se dirigía desde la capital hasta el municipio de Torrent. Fallecieron en el siniestro 43 personas y otras 47 resultaron heridas. La presidenta de la Asociación de familiares de las Víctimas, Beatriz Garrote, que perdió a una hermana en el accidente, afirma que ese día los ciudadanos confiaron en el transporte público y, pasados 7 años, ningún responsable del gobierno autonómico ha dimitido por la falta de seguridad. Tampoco se ha investigado judicialmente el caso. Después de 80 concentraciones en la Plaza de la Virgen de Valencia, continúa sin aclararse el suceso. Y el duelo de las familias, permanece en carne viva.
La versión oficial del accidente de Metro del 3 de julio de 2006 achacó el suceso al conductor y al exceso de velocidad. Cumplido el séptimo aniversario, ¿Qué interrogantes continúan abiertas?
Según diferentes informes técnicos, la velocidad puede ser una causa desencadenante, pero hay otros factores que no se han considerado en las investigaciones oficiales. Además, cualquier experto en accidentes te dice que en siniestros de este tipo no se da una sola causa. Por ejemplo, ¿por qué no se adoptaron medidas de seguridad en previsión de un error humano? Además, desapareció el libro de averías. Y Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) tuvo acceso desde el primer momento al material del vagón. Incluso antes de que acudiera el perito judicial, por lo que hubo posibilidad real de manipulación. Tampoco sabemos si es “normal” que se desprendieran los cristales del vagón. Algunos informes señalan que se modificó la estructura de los cristales para facilitar el trabajo de mantenimiento.
Incógnitas que continúan sin despejarse
Permanecen muchas lagunas. Un informe del director de Explotación apunta a la obsolescencia del modelo accidentado; por otra parte, no se trata de un hecho aislado. La línea 1 de MetroValencia destaca por su siniestralidad. Y todo ello tiene que ver, además, con una dejación a la hora de las inversiones por parte de la Administración autonómica. Según denunció en 2004 el Síndic de Comptes, el gobierno central destinó 100 millones de euros en 4 años para inversiones en los ferrocarriles de la Comunidad Valenciana. Como la partida del primer año no se justificó, no se concedieron las tres siguientes. Se echaron a perder 100 millones de euros.
El caso ocupó titulares destacados en la prensa internacional. Pero no presentó la dimisión el entonces presidente de la Generalitat, Francisco Camps, ni el conseller de Infraestructuras, García Antón 
A pesar de que las responsabilidades políticas eran evidentes. Hubo ciudadanos que confiaron en el transporte público y alguien debería responder por la falta de seguridad ese día. Pero lo peor ha sido la actitud de las instituciones valencianas, al negar su responsabilidad en los hechos y al desatender la situación de las familias. Camps nunca nos recibió. Fabra, el actual presidente, sí nos ha recibido, pero se ha negado a anular las conclusiones de la comisión parlamentaria que cerró el caso.
¿Qué tratamiento os han otorgado los medios de comunicación? Un capítulo de “Salvados” dedicado a la tragedia ha disparado la asistencia a las concentraciones
En estos siete años hemos recibido siempre el apoyo de la gran mayoría de los medios de comunicación, tanto los convencionales como los alternativos. Otra cuestión es la ausencia de información sobre el accidente en la radio y la televisión valencianas. Trabajadores de Canal 9 y Radio 9 han denunciado, antes y después del ERE en el ente autonómico, que se ha aplicado el veto a nuestras reivindicaciones. En cuanto a “Salvados”, es un programa que ha apostado por nuestra historia. Y lo hace en el momento en que muchos medios nacionales, pasados siete años del accidente, nos habían reducido a un problema local. El programa de Évole nos pone en la agenda. Desde entonces, la respuesta del público en las concentraciones del día 3 de cada mes en la Plaza de la Virgen de Valencia ha sido “brutal”.
Ante el ninguneo permanente de la Administración autonómica, ¿qué organizaciones han apoyado vuestra larga lucha?
En primer lugar, los colectivos ciudadanos y los movimientos sociales. La Unió de Periodistes del País Valencià; el mundo del teatro (con la representación de la obra “0 responsables”); el sector de la música (con la celebración de un concierto en Burjassot), asociaciones de vecinos…En cuanto a los partidos políticos, nuestra asociación hizo el análisis, al año y medio del accidente, de que se había producido un fracaso de la ciudadanía, los medios de comunicación y los grupos políticos de la oposición. El PP se había salido “de rositas”. Los partidos compartieron este análisis y se han adherido a nuestras reivindicaciones. En 2011, antes de las elecciones autonómicas, asumieron que si llegaban al gobierno se emitiría en los medios públicos un programa especial sobre el accidente y se crearía una comisión de investigación en las Cortes Valencianas.
Tampoco en las instancias judiciales ha prosperado vuestra vindicación de justicia
No ha habido juicio. La jueza de instrucción archivó la causa en 2008. Pero la instrucción se acotó al tramo de la curva en el que se produjo el siniestro. No se analizó el hecho de que hubiera accidentes previos; tampoco se entró en si se habían adoptado o no medidas de seguridad. La jueza acotó tanto que mermó el derecho a la investigación judicial de los hechos por parte de las víctimas. La Audiencia Provincial de Valencia ratificó posteriormente la decisión de la jueza instructora. Pero ratificó el archivo de la causa sin entrar en el fondo de la cuestión. Se limitaron a decir que fue una decisión jurídicamente correcta. Quiero decir que se quedaron en la forma. Actualmente preparamos una querella para intentar reabrir la investigación por las causas del accidente.
¿Por qué os habéis mostrado tan críticos con la comisión de investigación creada en las Cortes Valencianas en 2006?
Por muchas razones. En primer lugar, se constituyó en verano buscando la menor cobertura posible de los medios. Se fijó, de inicio, el plazo de un mes, pero finalmente se cerró en 20 días, de los que sólo tres se dedicaron a escuchar a los comparecientes y emitir conclusiones. Las jornadas restantes (17 días) se destinaron a calendarios, trámites y cuestiones formales. Por lo demás, sólo comparecieron los expertos que propuso el PP y se impuso el veto a que FGV aportara elementos imprescindibles para entender lo ocurrido.
Más bien una farsa
Pero no sólo eso. FGV convocó a trabajadores de la empresa para diferentes reuniones con la consultora HM&Sanchis, en las que se les repartían argumentarios y se ensayaban respuestas a posibles preguntas de la comisión parlamentaria. No se podían utilizar expresiones como “medidas de seguridad”, “fallo técnico” o “baliza”. A los responsables de la Generalitat Valenciana se les instruía sobre la línea argumental que debían mantener en la comisión; las cuestiones que les formularían los diputados del PP, posibles preguntas de la oposición y cómo responderlas. Un teatro perfectamente organizado para pisotear nuestros derechos.
Pasados siete años, ¿Opinas que podía haberse evitado el siniestro?
El lugar del accidente era un punto de riesgo, y como tal lo habían identificado los sindicatos de FGV. Habían recomendado el uso de balizas (controles por los que, en caso de superarse determinada velocidad, frena el tren). Pero la dirección de FGV se conformó con poner placas de limitación de la velocidad. En resumen, hubo un caso de negligencia por parte de la dirección de FGV que costó la vida a 43 personas.
¿Podría volver a ocurrir?
Creo que se han hecho mejoras en la línea 1 de MetroValencia. Pero hay constantes denuncias en los medios de las que se deduce que la seguridad continúa sin ser una prioridad para FGV. Es lamentable que, a pesar de la historia que pesa sobre la línea 1, no se haya aprendido la lección. Me refiero, por ejemplo, al mal estado de las vías, a la situación de las salidas de emergencia en las líneas 1, 3 y 5; o a los teléfonos de emergencia, que en algunos casos se hallan a una altura inaccesible para los usuarios.
Por último, ¿En qué sentido vais a orientar la lucha en los próximos meses?
Vamos a centrarnos en la presentación de una querella que permita reabrir la investigación judicial de los hechos. Además, mantendremos las concentraciones en la Plaza de la Virgen de Valencia el día 3 de cada mes. Y el proyecto para una intervención artística en el jardín ubicado sobre la curva del accidente. Finalmente, el objetivo es irnos a casa y cerrar el duelo. Es algo que necesitamos…
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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