EL GRAN TEATRO
Me gustaría, hacer terapia con vosotros, compartir mi locura. Por unos momentos, quisiera que fueseis mi psiquiatra, porque estoy enferma, me estoy volviendo loca. Quisiera imaginarme tumbada en una camilla y hablaros de lo que me pasa y pasa.
Ha habido un congreso del PP, en un fin de semana. Se ha reproducido el milagro, de la reconversión de San Pablo, en el PP y en San Mariano y todos los Medios de Comunicación, durante mucho tiempo, ha sido testigos de ello: “Ir a decir a los ciudadanos lo que habéis visto y oído. Los cojos andan, los ciegos ven, los…. bla, bla, bla…. “ ¡Ni ellos mismos se creen sus mentiras! Pero a pesar de los pesares, sí hay quien les cree.
Ni los ciegos ven, ni los cojos andan, ni……, Y … los locos y los tontos, resulta, que nos volvemos un poco cuerdos, un poco lúcidos y nos preguntamos cosas y buscamos respuestas. Porque los ciudadanos, a dichos señores, les importamos muy poco o nada. Tienen tal destreza en mentir y tan buenas tragaderas, que lo que sí hacen, es quitarse con una facilidad inmensa, los muertos de encima.
En 2001, en el Hospital Consuelo, en la Unidad de Nefrología, en Hemodiálisis, murieron varias personas y el Hospital carecía de licencia. Pero nadie fue a la cárcel. Con posterioridad, se produce contagio de hepatitis C, y el Hospital no tenía licencia….
En cualquier edificio en obras, cuando sin tener licencia, hay algún percance grave o muy grave, que sucede porque según los técnicos, se sale de la licencia solicitada, actúa la Administración Local, la Autonómica, la Nacional, o la Administración de Justicia.
En el Estadio del Nuevo Mestalla, mueren varios trabajadores. En los terrenos de dicho Estadio, creo, que aún no se ha producido la permuta de terrenos y por consiguiente, me pregunto ¿Tienen o tenían licencia de obras? Cumplían según los expertos, de forma rigurosa, todas las normas de seguridad, hasta el extremo de que nada más ocurrir lo que sucedió, sabían que había fallado un tornillo. Lo descubren enseguida, pero no antes para evitar las muertes. Y sin embargo, cumplían todas las normas.
En el Barrio del Cabanyal, se quitan las casas a personas humildes, para explotar sus terrernos a favor de los más ricos.
La Iglesia, -¡menos mal que no toda!-, se va al quinto pino a celebrar no se sabe qué y deja a los que sufren al margen, en vez de estar a vuestro lado…. Como decía Alberto Iglesias: “¡Dime, Señor, dónde estás! Si con los ricos o los pobres. Si en la hermosa catedral, en la Iglesia o en la ermita. Con quién compartes tu pan y qué mesa santificas…” Hoy, Jesús de Nazaret, ¿no volvería a expulsar a los mercaderes del templo? Mi respeto y admiración por los que dan de verdad su vida por los demás y viven en plenitud el Evangelio y la vida de los pobres.
El 3 de Julio de 2006, sucedió lo que todos sabemos. Y… ¡tampoco hay, ni ha habido responsables! ¡Ni respuestas a vuestras preguntas! ¡Ni justicia que nos ampare!
Lo siento, estoy loca y veo el mundo al revés. Por favor, ¡Devolvedme a la cordura!
Mª. Dolores Canet Codina.
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